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Joven fue asesinada en Veracruz cuando pretendía llegar a California a trabajar
Published
5 años agoon
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Agua Dulce, Veracruz a 24 de Junio.-
A la joven de 19 años, sus hermanas mayores le advirtieron de los riesgos de pasar por México, pues creen que a raíz de las caravanas migrantes, el trato hacia los centroamericanos empeoró. No obstante, su padre, un migrante llamado Darío, le dio el dinero para pagarle al coyote. En total serían cerca de 11 mil dólares, poco más de 200 mil pesos mexicanos. Pero sólo le entregó la primera parte: 4 mil dólares.
Aunque el traficante y la familia de Zenaida nunca se conocieron personalmente, el señor sabía que era una persona salvadoreña con experiencia cruzando gente a lugares como Virginia, Estados Unidos, dijo Darío en entrevista telefónica a EL UNIVERSAL. Aunque, agregó, el traslado de los migrantes por México lo hacían distintos hombres. Describió esta red como una “cordillera”.
El 14 de junio pasado, la camioneta en la que la iba la joven, junto o con otros 16 migrantes rumbo a la frontera con Estados Unidos, fue atacada a balazos en el kilómetro 26+500 de la Carretera Federal 180 Villahermosa, a la altura de Agua Dulce, Veracruz. Dos hombres, uno de 25 y otro de 55 años, resultaron heridos de bala y están hospitalizados. Zenaida murió al instante. El resto del grupo huyó al monte, excepto el chofer, quien está desaparecido.
Horas posteriores al hecho, previo a cualquier informe oficial, una sobreviviente del ataque le llamó por teléfono a Heidy, una de las hermanas de Zenaida para contarle lo sucedido y avisarle que la joven había recibido un disparo.
Versiones contrarias
La Fiscalía General del Estado de Veracruz señaló que la agresión vino de unidades, “al parecer, patrullas”, después de una persecución de hasta 20 minutos que se generó luego de que el chofer escuchara unas sirenas al pasar un tope. Y añadió que “tres sujetos, al parecer policías, bajaron a golpes al conductor”.
Mientras tanto, Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, aseguró que los tripulantes de la camioneta, en la que viajaba Zenaida, dispararon primero contra las fuerzas federales, luego de negarse a detenerse, pero admitió que “el personal de la base de este retén disparó lastimando a uno de los migrantes”.
En ese ataque un niño de tres años resultó herido. Los testigos señalaron que los balazos vinieron de patrullas, mientras viajaban en una camioneta a la altura del municipio de Juan Rodríguez Clara, Veracruz, a poco más de 100 km. del punto donde Zenaida murió asesinada sobre la misma carretera.
Rubén Figueroa, coordinador del Movimiento Migrante Mesoamericano, expresó que la violencia contra los migrantes podría explicarse por el reforzamiento de la seguridad, “donde se involucran autoridades que no tienen adiestramiento para tratar el tema migratorio” y añadió que el riesgo de que las violaciones a los derechos humanos aumenten es latente.
Una familia destrozada
Zenaida registró con una fotografía el último día que estuvo en El Salvador. Fue el domingo 9 de junio de 2019. En la imagen aparece con una mochila sobre los hombros y, dentro de su pantalón, el celular con el que se comunicó durante su viaje. Un día antes de partir fue a misa con su madre y otra de sus hermanas.
Lo último que Heidy supo de Zenaida fue que ya estaba el guía que los movería de Villahermosa al siguiente punto, alrededor de las tres de la tarde: “Yo te aviso cuando llegue”, le dijo a través de una nota de voz. Su última conexión de WhatsApp fue 22 minutos después. La prensa local registró que el crimen ocurrió cerca de las 5:30 de la tarde, 20 minutos después de haber pasado un retén migratorio en Tabasco.
“Yo llamé para investigar si era mi hermana y me dijeron que no, porque no traía identidad con ella, entonces hasta que le di [a la cónsul] información de mi papá y mi mamá y datos de ella, la buscaron en la base de datos para estar seguros que era ella y me dijo que sí era mi hermana”, explicó.
Darío narró que él se encuentra muy adolorido por la tragedia, lo mismo el resto de sus hijos. Beatriz, otra de sus hermanas, se preguntó por qué no mejor los detuvieron y los deportaron, mientras que Heidy no se explica por qué les dispararon.
“Los policías [de Migración] en vez de auxiliarlos y ver qué pasó, ¡se fueron como delincuentes! ¡como viles delincuentes, como si fueran a matar animales! ¿Qué les costaba tirarles en una llanta?, pero no fue así, era gente inocente, con tanto delincuente que hay, ¿por qué hacer eso?”, expresó Heidy.
Una autoridad de la Cancillería de El Salvador aseguró a EL UNIVERSAL que las autoridades de ese país se encuentran tramitando el regreso del cuerpo de Zenaida y está al pendiente de la carpeta que se abrió bajo el registro FEAM/ACA/033/2019.
Agregó, extraoficialmente, que la investigación no estaba únicamente bajo el mando de la Fiscalía de Veracruz, sino que además se habría unido la Fiscalía General de la República (FGR).
“Podemos entender que ya no es un crimen del estado de Veracruz, sino uno federal. Para nosotros es un adelanto tremendo”, dijo.
Pese a las declaraciones de las autoridades salvadoreñas, la familia de Zenaida no tiene posibilidades económicas de viajar a México para recoger el cuerpo de su fallecida e indicaron que la Cancillería salvadoreña les ha dicho que ellos deben pagar los gastos funerarios. Les han ofrecido cotizaciones que alcanzan los 3 mil 800 dólares, cerca de 72 mil pesos mexicanos.
¿Nosotros cómo vamos a México a hacer una denuncia?, si van a decir ‘ustedes no son de aquí y ella no tenía ni permiso para estar aquí’”, confesó.