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Saben que existimos, pero prefieren no vernos: comunidades indígenas en Coahuila

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Este reportaje es parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.

María Guadalupe Onofre llegó a la ciudad de Torreón en 1968 proveniente del Estado de México. Su madre y sus seis hermanos estaban en busca de mejores oportunidades después de que su padre falleciera. 

Recuerda que después de viajar por distintas ciudades por camión o en tren, arribaron a la ciudad buscando refugio debajo de los vagones del tren donde dormían.

“Es mucha tristeza de donde veníamos nosotros antes, mucho sufrimiento, aquí nos quedamos en la estación, mi mamá tenía cobijas, un hule. Es un sufrimiento que yo no le deseo a nadie”, comentó Maria Guadalupe.

La señora es perteneciente a la comunidad de los Mazahuas y vive en Antigua Aceitera, una de las cinco colonias de Torreón que cuentan con población indígena.

Aunque en México hay 150 Oficinas de Representación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) ninguna se encuentra en Coahuila, pese a que hay cerca de 5 mil 527 hombres y mujeres que pertenecen a pueblos originarios.

Debido a esto los recursos obtenidos para el apoyo de las comunidades dentro del territorio, tienen que ser enviados a la oficina de representación en Chihuahua, para después hacerlos llegar a las comunidades en el estado.

De acuerdo con datos obtenidos mediante acceso a la información pública de 2015 al 2019 el INPI entregó 486 mil 19 pesos, pero únicamente a las comunidades índigenas de los Negros Mascogos y Kikapú, quedando exentos de este beneficio los Mazahua y los habitantes etnia-nación Lipán Apache o Ndé.

La mayoría de los mazahuas que habitan la colonia Antigua Aceitera donde María Guadalupe reside son comerciantes. Crédito: Soledad Galván

Buscando mejores oportunidades

En la colonia Antigua Aceitera en Torreón es habitual ver a las mujeres secando semillas de calabaza que después venden en los cruceros; otros más pueden ser vistos vendiendo cubrebocas en el centro o con puestos de chicles, papitas y dulces en las esquinas. 

En 2015 la señora María Guadalupe Onofre acompañada de su yerno el licenciado en derecho César García, crearon la Organización Civil Mazahua Región Laguna A.C. 

La organización fue creada después de que en el municipio de Torreón se desalojara a los comerciantes de la Avenida Hidalgo dónde vendían y percibían sus ingresos, reubicándolos en puestos. 

Muchos vendedores no lograron adaptarse por el costo de la renta o por que la afluencia de personas no era la misma por lo que tuvieron que brindarles apoyo legal y hoy cuentan con un grupo de abogados que ayudan consiguiendo otros beneficios para la comunidad.

Es habitual ver a las mujeres secando semillas de calabaza que después venden en los cruceros. Crédito: Soledad Galván

En Torreón es común que se dé el nombre de la señora María Guadalupe a los comerciantes que vienen desde distintas partes del país como el Estado de México, Chihuahua, Oaxaca y Nayarit.

Ella se ha convertido en un punto de referencia en una ciudad desconocida donde se les brinda alimento y un lugar donde dormir, “lo único que hace es encomendarse a Dios, ya lo demás es por añadidura”, agregó César García. 

A la casa de María Guadalupe Onofre han llegado donaciones de maestros, estudiantes universitarios y de la población en general, pero del gobierno no. 

La mujer comentó que la única institución que ha brindado apoyo a la Asociación ha sido el Sistema Para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), por ejemplo con leche para bebé, sillas de ruedas y operaciones médicas

El Artículo 7 de la Constitución Política de Coahuila, se reformó el 30 de septiembre de 2020 a favor de los ciudadanos pertenecientes a cualquier comunidad indígena, reconociendo como pueblos originarios del estado a la tribu de los Negros Mascogos y los Kikapú, habitantes de El Nacimiento en Múzquiz. 

Sin embargo, aunque en el Artículo se indica que se reconocen a todos los pueblos indígenas asentados en el territorio –sin importar su origen o la época en que iniciaron su residencia– poder obtener los apoyos necesarios para la conservación de su cultura y todo lo que conlleva no es fácil.

La señora María Guadalupe apoya a las personas que son parte de la comunidad en situaciones difíciles, pidiendo apoyo por redes sociales cuando se necesita ayuda médica, cobijas y dinero. Crédito: Cortesía de Organización Mazahua Región Laguna A.C.

Si me cierran las puertas yo ya no quiero repetir

Dentro de las reformas que se realizaron a la Constitución, se agregaron cuatro párrafos al artículo ya mencionado, mismos que fueron declarados inconstitucionales por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en enero de 2021, aún así, se encuentran vigentes a la fecha.

En el caso de los Mazahuas en 2014 se realizó el Diagnóstico sobre la situación de las mujeres de la comunidad Mazahua, se creó una Mesa Interinstitucional de Atención para la Comunidad Mazahua en 2015 y se abrió una guardería infantil. 

Sin embargo, al cabo de esos años las comunidades volvieron al olvido, explicó María Guadalupe Onofre quien hizo hincapié en que también ha sido víctima de discriminación cuando se acerca a alguna entidad pública para pedir apoyo, ya que no ha sido recibida de la mejor manera.

“Es que a veces me cierran las puertas y yo ya no quiero repetir. Yo soy una persona que si me rechazan, yo no voy a ir dos veces. Sí me duele mucho porque mucha gente te mira como poquita cosa”, agregó María Guadalupe.

Saben que existimos, pero prefieren no visibilizarnos

Iván Alexander de León es miembro de la etnia-nación Lipán Apache o Ndé, una comunidad proveniente de la Sierra de Sangre de Cristo, entre Colorado y Nuevo México. 

Actualmente se encuentran esparcidos entre el noreste de Chihuahua y Coahuila, dentro de la región norte, carbonífera y en municipios como Arteaga y Saltillo. 

Según Iván, no es posible decir un número exacto de las personas pertenecientes a la comunidad, tiene noción de un poco más de 300 personas en Coahuila, aunque ya trabajan en un censo con más estructura. 

Iván Alexander de León es miembro de la etnia-nación Lipán Apache o Ndé, una comunidad proveniente de la Sierra de Sangre de Cristo, entre Colorado y Nuevo México. Crédito: Juan Luis Longoria

La comunidad ya cuenta con el reconocimiento del Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (INALI) y su lengua forma parte de su catálogo, pero eso no es suficiente. 

El viernes 18 de febrero de 2022, un grupo de representantes de la comunidad N’DEE-N’NEE-NDÉ pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador que se les apoyara para obtener su reconocimiento como pueblo originario en México. Ya que son nativos de los estados de Sonora, Chihuahua, Durango y Coahuila. 

“Esta es la tercera carta que se le entrega al presidente. Ya estamos trabajando con el gobierno federal y con el INPI en el reconocimiento, y en la cultura, y en que se nos visibilice”, aseguró Iván.

Iván Alexander de León detalló que han recibido apoyo por parte del municipio de Arteaga, donde habitan algunas familias, pero al acercarse al estado, no obtuvo la misma respuesta. 

“Es de hecho un proceso que es difícil, dado a que Coahuila por mucho tiempo ha ignorado a los grupos indígenas y a grupos minoritarios”, comentó el joven.

También mencionó que en 2017 pidió apoyo al gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís por medio de una carta, pero no recibió respuesta, por otro lado, en Chihuahua sí recibieron el apoyo.

Iván dijo que debido al nulo apoyo por parte del estado, es más difícil acercarse a las personas Ndé en el centro y norte de la entidad, pues no hay noción del trasfondo histórico de la nación.

“Cuando yo le pedí ayuda a Riquelme en 2017,porque yo estoy estudiando allá en Chihuahua, me dijeron que no. Que si yo quería ayuda le pidiera ayuda a Chihuahua, Coahuila se lavó las manos básicamente, siendo que yo soy de aquí de Coahuila”, dijo Iván.

Debido al nulo apoyo por parte del estado, es más difícil acercarse a las personas Ndé en el centro y norte del estado, pues no hay noción del trasfondo histórico de la nación. Crédito: Cortesía de Nación Ndee/Nnee/Nde

Luego de una búsqueda exhaustiva en los últimos seis Presupuestos de Egresos del Estado de Coahuila no se encontró ninguna partida destinada a los pueblos indígenas. 

Únicamente se identificó que en 2018 se contaba con la partida debajo del apartado de Desarrollo Social, con el nombre de indígenas, mismo que ya no puede ser localizado en los presupuestos siguientes. 

De la misma manera, se hizo la búsqueda correspondiente dentro de los indicadores del Plan Estatal de Desarrollo, pero tampoco se encontró nada.

Por su parte, la Secretaría de Finanzas de Coahuila respondió en una solicitud de información que los programas sociales del estado son implementados para atender a la población en general. 

Debido a esto no cuenta con información financiera enfocada a pueblos indígenas, dirigiéndonos a la Secretaría de Inclusión y Desarrollo Social, misma que comentó por transparencia, que no existe ningún programa en específico para dicho grupo.

“Muchas veces el gobierno piensa que nosotros vamos a pedirle dinero, algún tipo de asistencialismo, pero nosotros lo que queremos es que se preserve nuestra cultura, que se nos visibilice y que se nos dé el lugar como Ndé aquí en el estado, porque aún existimos aquí” señaló Iván Alexander de León.

 ¿Es suficiente?

La tribu afromexicana de los Negros Mascogos de El Nacimiento en Múzquiz lograron hasta el 2017 obtener su reconocimiento como grupo étnico en Coahuila, al mismo tiempo, comenzaron un proceso de reconocimiento frente a la federación que los denominó como Mascogos con la finalidad de poder participar en programas, dirigidos a las comunidades indígenas y afrodescendientes.

Mientras que la comunidad buscaba su reconocimiento, el estado quería nombrar al municipio de Múzquiz como Pueblo Mágico, tomando como ventaja la existencia de estas dos comunidades en la región. 

De acuerdo con Carlos Manuel Valdés, doctor en Historia de la Universidad Autónoma de Coahuila –quien por varios años se ha mantenido trabajando cerca de las comunidades de El Nacimiento– el reconocimiento de los Mascogos ha sido un proceso largo y que hasta hace poco se ha podido reflejar dentro de la comunidad que estuvo inmersa en el abandono por mucho tiempo, y que hoy, aunque el turismo es lo que ha rescatado su permanencia, también ha estereotipado su cultura.

“Cuando empezó el movimiento eran las mujeres las que más funcionaban. Ellas le exigían al gobierno, primero estatal y luego federal. Yo creo que también les ha hecho daño que los han folklorizado. Ellos tienen sus tradiciones, pero no es folklore, esa es su cultura y es hermosa”, expresó el especialista.

En El Nacimiento es difícil para los habitantes de la comunidad conseguir artículos que normalmente están al alcance de todas las personas y para obtenerlos es necesario trasladarse a la ciudad más cercana, como Múzquiz o Nueva Rosita. Crédito: Soledad Galván

Para la doctora en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila, Cristina Martínez,  la migración a otros municipios cercanos a la región es una de las opciones más comunes para los Mascogos, pues el acceso a la educación se ve limitado cuando buscan estudios superiores u otras opciones se ven obligados a abandonar su hogar. 

Otro problema recurrente en el lugar es la escasez de productos de uso diario. “Si tu quieres tener artículos, si no los siembras o produces dentro de tu comunidad tienes que trasladarte (…) no hay gasolineras, no hay un servicio médico, servicios primordiales que hacen falta” agregó Cristina Martínez, quien tiene más de diez años trabajando de cerca con las comunidades.

El Nacimiento de los Negros cuenta con un kinder, una primaria y una secundaria donde también imparten clases de preparatoria; una tienda y un centro de salud que desde hace seis meses no cuenta con doctor y donde es difícil obtener medicamento.

De acuerdo con “Carmen”, una de las trabajadoras del lugar que pidió omitir su nombre real durante la entrevista, cuando hay una emergencia es necesario trasladar al paciente en una ambulancia, misma que va desde Múzquiz hasta El Nacimiento, “o en el auto de alguno de los habitantes”.

El Nacimiento cuenta con un centro de salud que desde hace seis meses no cuenta con doctor. Crédito: Soledad Galván

Laura Herrera es dueña de El Maná Cielito, uno de los pocos restaurantes establecidos en la comunidad, lugar que abrió a sugerencia de su hija Dulce Robles, actual regidora étnica.

Laura recordó que cuando se les ofrecieron recursos por parte de la Secretaría del Bienestar del gobierno federal, al llegar a la universidad donde se haría el proceso del registro, era complicado llenar los cuestionarios, ya que se utilizaba un lenguaje técnico al que no estaba acostumbrada. 

Debido a esto se salió de la reunión y comenzó a llorar de impotencia, pidiendo a los organizadores su colaboración para continuar con el proyecto, por lo que después de esta experiencia, buscó asesoramiento para conocer los procesos y el lenguaje técnico de las convocatorias.

Todos estos apoyos comentó Laura, fueron después de que se les reconoció como pueblo originario en el estado, y también cambió la manera en la que se les trataba, aseguró que el gobierno federal ha brindado un gran apoyo.

Dentro del INPI, son lanzadas distintas convocatorias en las cuáles pueden participar los ciudadanos mexicanos pertenecientes a las distintas comunidades indígenas del país. 

Entre 2018 y 2021 se registraron 51 programas a favor de los pueblos indígenas, como el Programa para el Bienestar Integral de los Pueblos Indígenas, los Programas de Derechos Indígenas y el Programa de Apoyo a la Educación Indígena.  

En el caso específico de Coahuila, según información brindada por medio de una solicitud de información, se recibieron 486 mil 19 pesos que beneficiaron a 22 personas en cuatro años, es decir 5 mil 522 pesos por año a miembros únicamente de la comunidad Mascogo y Kikapú.

Laura Herrera es dueña de El Maná Cielito, uno de los pocos restaurantes establecidos en la comunidad. Crédito: Soledad Galván

Karla Rivera, antropóloga social y voluntaria en El Nacimiento, comentó que las convocatorias por parte del INPI utilizan un lenguaje especializado, haciéndolas incomprensibles para la comunidad. Agregó que los habitantes han solicitado su apoyo para realizar estos procedimientos.

“Qué bueno que ahora estas convocatorias salgan para las comunidades afromexicanas pero no tiene ningún chiste si lo hacen incomprensible para ellos”, dijo Karla.

Tras la reforma al Artículo 7 de la Constitución Política de Coahuila, la comunidad afromexicana de los Negros Mascogos y los Kikapús obtuvieron el derecho a elegir representantes, pero nuevamente, el lenguaje jurídico de los documentos brindandos por el estado, fueron un obstáculo para que la comunidad lograra ejercer su derecho de representación en un primer momento. 

Rivera mencionó que no recibieron asesoría para realizar el proceso y cuando la tuvieron, no fue brindada de la mejor manera. “No es suficiente con las políticas públicas, sino que es necesaria una sensibilización”, aseguró la antropóloga.

La información obtenida por transparencia menciona que la comunidad de los Negros Mascogos obtuvo dinero para la creación de la Herbolaria Mamá Guechu y los productos pueden comprarse en la tienda dentro de El Nacimiento y en otras locaciones que cuentan con una lona que promociona el producto.

Sin embargo Múzquiz no cuenta con ninguna partida dentro de su presupuesto destinado para el apoyo y preservación de los pueblos indígenas, pese a que el Artículo 7 de la Constitución Política de Coahuila  hace mención de la obligación de incluirlos dentro de sus presupuestos.

Por otro lado, la reciente llegada a la presidencia municipal de Tania Flores trajo también la promesa de un corredor turístico que atraviese la comunidad de los Negros y los Kikapú.

“De hecho ya vinieron, trajo (la presidenta municipal) algunos empresarios del extranjero para mostrar qué es lo que hay que ofrecer y a algunos presidentes municipales de algunos municipios cercanos” comentó Laura Herrera.

Para esta investigación periodística se buscó concretar una entrevista con Tania Flores. Hasta el 30 de marzo de 2022 no se había obtenido respuesta. 

En su lucha por obtener la visibilización, permanencia y desarrollo de sus orígenes y cultura, las comunidades de los Negros Mascogos, Kikapú y Ndé han hecho la petición de una oficina de representación para la atención de las comunidades que habitan en el estado con el fin de ser orientados pero no han obtenido respuesta, por lo que al no recibir apoyo por parte del gobierno en Coahuila, han tenido que buscarlo en organizaciones no gubernamentales o estados vecinos. 

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