
Mendoza, Argentina(NDS).- Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como «Quino», murió este miércoles a los 88 años de edad en su natal Mendoza, Argentina (su ciudad natal). El dibujante argentino fue el creador de «Mafalda», la popular y reconocida tira cómica que fue publicada por primera vez en 1964 hasta 1973. Desde ese momento fue traducida a 27 idiomas.

Hijo de españoles y poseedor de galardones como el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y la Medalla de la Orden y las Letras de Francia, «Quino» desarrolló las aventuras de su personaje más popular entre 1964 a 1973, aunque las historias de la icónica niña se han replicado en todo el mundo hasta la actualidad.
Desde hace unos años Joaquín Salvador Lavado se había mudado a Mendoza desde Buenos Aires a finales de 2017, tras quedarse viudo; sufría problemas de salud, aunque siguió asistiendo a diversos homenajes a su obra.
En el 2014 Joaquín Salvador Lavado, recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por el «enorme valor educativo» de su obra con personajes que «trascienden cualquier geografía, edad y condición social». Desde hace unos años «Quino» limitó sus apariciones públicas por problemas de movilidad y visión. Aún se desconocen los motivos de su muerte.
Mafalda es el nombre de una tira de prensa argentina protagonizada por la niña homónima, «espejo de la clase media argentina y de la juventud progresista», que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial; se rebela contra el mundo legado por sus mayores. Mafalda es muy popular en Latinoamérica en general, así como en algunos países europeos: España, Francia, Grecia e Italia.
Mafalda, la gran creación legado artístico de Joaquín Salvador Lavado, representa la aspiración idealista y utópica de hacer de este un mundo mejor, aunque la envuelven el pesimismo y la preocupación debido a las circunstancias sociopolíticas que aquejan permanentemente a nuestro planeta. Los comentarios y ocurrencias de Mafalda son espejo de las inquietudes sociales y políticas del mundo de los años sesenta.
Denuncia, a través de sus dichos y acciones, la maldad, la incompetencia de la humanidad y la ingenuidad de las soluciones propuestas para los problemas mundiales, como el hambre y las guerras. En un reportaje de 1987, «Quino» explicó que el nihilismo del personaje se refiere a la índole del ser humano, no a la civilización: «estaba convencido de que si alguien no modificaba un gen del hombre, éste desaparecería a corto plazo».
Mafalda incomoda frecuentemente a los adultos con sus cuestionamientos sobre lo socialmente establecido y sus preguntas relativas al manejo político del mundo. Está convencida del progreso social de la mujer y lo preconiza. Se imagina a sí misma estudiando idiomas y trabajando como intérprete en las Naciones Unidas para contribuir a la paz mundial.
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