La reciente imposición de ley marcial en Corea del Sur ha generado una ola de inquietud tanto a nivel interno como internacional. La medida, anunciada por el presidente Yoon Suk Yeol, ha sido objeto de críticas por parte de aliados clave, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, quienes han instado a respetar el sistema democrático del país.

El mandatario surcoreano justificó la ley marcial como una respuesta necesaria para enfrentar las amenazas percibidas de Corea del Norte y las supuestas actividades subversivas dentro de su propio país. Este anuncio se dio en medio de una creciente crisis política interna, con el Parlamento controlado por la oposición y un ambiente tenso debido a disputas sobre el presupuesto y posibles destituciones de funcionarios gubernamentales.
El gobierno de Estados Unidos ha manifestado su alarma ante la situación. Kurt Campbell, vicesecretario de Estado, expresó la necesidad de resolver los desacuerdos políticos de manera pacífica, subrayando la importancia de adherirse al Estado de derecho. El portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, añadió que el voto del Parlamento, que rechazó la ley marcial, debe ser respetado por el presidente surcoreano.
Por su parte, la Unión Europea ha indicado que sigue de cerca los acontecimientos en el país asiático. La embajadora de la UE en Seúl, María Castillo, destacó la relevancia de garantizar el respeto a los principios democráticos en Corea del Sur, especialmente en un momento tan crítico para su estabilidad política.
Este desarrollo se produce en un contexto donde la postura del gobierno surcoreano hacia Corea del Norte ha cambiado considerablemente bajo la administración de Yoon, adoptando una actitud más confrontacional en comparación con el enfoque diplomático de su predecesor Moon Jae-in. La declaración de ley marcial podría agravar aún más las tensiones, especialmente en un entorno donde las preocupaciones sobre el arsenal nuclear de Corea del Norte siguen siendo una prioridad global.
Aunque el Parlamento surcoreano ha rechazado la ley marcial, las autoridades militares han confirmado que esta medida continuará en vigor hasta que el presidente decida su revocación. Esto podría prolongar la incertidumbre política en el país y generar más divisiones internas.
A nivel global, la comunidad internacional estará atenta a cómo se resuelva esta crisis, ya que tendrá implicaciones no solo para la política interna de Corea del Sur, sino también para su papel