
Ciudad de México (NDS).- Ha quedado libre Sergio Villarreal Barragán, El Grande o El Come Niños, quien admitió haber secuestrado, torturado y descuartizado al menos a 90 personas, reveló Héctor de Mauleón en su columna para El Universal.

Arturo Beltrán Leyva era su jefe y le había ordenado llevar a cabo asesinatos en el estado de Morelos, indica el periodista.
De Mauleón dice que “Villarreal recibió la instrucción de aniquilar a amigos y conocidos de un antiguo lugarteniente de Beltrán: Mario Pineda Villa, “El MP”. Él personalmente sembró el terror en Morelos, llenando el estado de cuerpos calcinados y desmembrados”.
A ese marrano (Pineda Villa) yo mismo lo levanté. Se creía muy sanguinario y además no era de mi agrado. Lo amarré y le di de patadas hasta que perdió el conocimiento”, declaró en la SIEDO Villarreal Barragán, reporta el columnista.
Héctor agrega que “a pesar de su desprestigio, en Estados Unidos “El Grande” fue admitido como testigo colaborador. Hoy se sabe que entregó información al Departamento de Justicia, que declaró en varios juicios y que logró un buen acuerdo: Acaban de liberarlo en diciembre pasado. Una nota periodística indica que su rastro se perdió en Houston”.
«El Grande» nació el 21 de septiembre de 1969 en el estado de Durango. En 1990 entró a la fuerza de la Policía Judicial de Coahuila.
Después ingresó a la policía federal y fue ubicado en Nuevo Laredo y Reynosa, en el estado de Tamaulipas.
En ese puesto permaneció hasta 1996, cuando estableció una relación de negocios con el Cártel de Juárez. También estableció contacto con el Cártel de Sinaloa, el Cartel del Golfo y de Los Zetas.
La Marina lo localizó en el estado de Puebla. Desde el momento de su detención (2010) ofreció volverse testigo protegido y manifestó su intención de entrar en tratos con autoridades estadounidenses, “en busca de posibles beneficios”.
Dijo tener información de senadores, diputados, gobernadores, generales y altos mandos policiacos.
Informó estar al tanto de negocios de al menos 500 millones de dólares. Con el nombre clave de “Mateo” se convirtió en testigo estrella de la extinta PGR.
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